miércoles, 10 de diciembre de 2008

Hesperidina en los cuentos de Cortázar


Madre Celeste oyó sin hablar la noticia, puso a un lado la plancha y en todo el día no se movió de su cuarto, adonde entraban de a uno los hermanos para salir con caras largas y vasitos de Hesperidina. Circe Bestiario (1961) Julio Cortázar

Varias veces la familia ha procurado que mi tía explicara con alguna coherencia su temor a caerse de espaldas. En una ocasión fue recibida con un silencio que se hubiera podido cortar con guadaña; pero una noche, después de un vasito de hesperidina, tía condescendió a insinuar que si se caía de espaldas no podría volver a levantarse. Tía en apuro Historia de Cronopios y famas(1962) Julio Cortázar

Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la parte tomada muchas cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo, estaban todos en la biblioteca. Irene extrañaba unas carpetas, un par de pantuflas que tanto la abrigaban en invierno. Yo sentía mi pipa de enebro y creo que Irene pensó en una botella de Hesperidina de muchos años. Con frecuencia (pero esto solamente sucedió los primeros días) cerrábamos algún cajón de la cómoda y nos mirábamos con tristeza. Casa Tomada Bestiario (1961)Julio Cortázar.

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Sobre Hesperidina


Hesperidina es la bebida que nos representa como argentinos. ¿Por qué? Hagamos un poquito de historia. Hesperidina fue creada en Buenos Aires en 1864 en manos del americano Melville Bagley. ¡Sí! El mismo de las galletitas. Al poco tiempo fue registrada marca número 1 de la argentina gracias a que el mismo Melville impulsó la creación del Registro Nacional de Patentes. En poco tiempo la Hesperidina era la bebida top de los bares y cafés más importantes de Buenos Aires. Incluso las mujeres la podían tomar públicamente, ya que era “aceptada” por sus propiedades medicinales (los isoflavones de las naranjas son un efectivo digestivo). Fue utilizada en la guerra del Paraguay para "revitalizar" a los convalecientes. Y gran compañera de aventuras del gran explorador Perito Moreno en sus incursiones por el sur Argentino. Hesperidina también era amiga de célebres artistas y personalidades de distintas épocas. Por ejemplo Julio Cortázar la menciona en dos de sus cuentos y el Polaco Goyeneche la tomaba cada vez que se acodaba a la barra de un bar. Molina Campos también la incluyó en varios de sus famosos almanaques. Por esto y muchísimo más la Hesperidina es un ícono argentino. Es una bebida que nos representa como argentinos, y que hoy sigue siendo elegida por su originalidad. Incluso por los barman más top de nuestro país.